Peter «Ginger» Baker (19 de agosto de 1939, Lewisham, Londres), uno de los bateristas más grandes de la historia del rock y más conocido por ser el batería del grupo “Cream”, fue desde muy joven un gra aficionado al jazz tradicional. debutando en los circuitos a mediados de los años cincuenta, con sólo 16 años.
Su afición por el jazz y la escena londinense del momento le llevó de forma inevitable a formar parte de las bandas de blues. Fue el batería de Mick Jagger y Brian Jones en los descansos que daban en las sesiones de la banda de Alexis Korner, en la que acabaría sustituyendo a Charlie Wats y donde conocería al bajista Jack Bruce. Con él y con el teclista Graham Bond formó la banda de blues y jazz “Graham Bond Organization”, hasta que en 1966 se convirtió en miembro de “Cream”, junto a Jack Bruce y Eric Clapton.
“Cream”, cuatro discos y tres años de actividad, fueron uno de los mejores tríos de rock de los sesenta y la combinación Bruce-Baker posiblemente ha sido la mejor base rítmica de la historia, por velocidad, pulso y capacidad.
Con “Cream”, y ya en el disco de debut de 1966 «Fresh Cream», Ginger Baker escribió y grabó «Toad» donde quedó registrado uno de los primeros grandes solos de batería de la historia del rock.
Dejaron canciones como «Sunshine of your love», la célebre versión del «Crossroads» o «White room».
A “Cream” le siguió, también con Clapton, la formación “Blind Faith”, otra gran banda, donde estaba el propio Baker a la batería, el teclista Steve Winwood y el bajista y multiinstrumentista Rick Grech.
Posteriormente, Ginger Baker pondría en marcha sus propios proyectos, colaboraría en África con Fela Kuti y todavía volvería a juntarse ocasionalmente con Jack Bruce, la última vez, en 2005, cuando Clapton los juntó para una serie de conciertos de “Cream” en Londres y Nueva York.
Ginger Baker, considerado uno de los primeros baterías en alcanzar la categoría de estrella como instrumentista no asociado a una banda, también pasa por ser uno de los primeros en introducir el uso del doble bombo. Es curioso que, a pesar de sus aportaciones al mundo del rock, Ginger Baker siempre quiso ser un músico de jazz, lo que hace en la actualidad, y sus ídolos eran los baterías clásicos del género.